martes, 24 de junio de 2008

Frases de Baltasar Gracian

Frases de Baltasar Gracian


Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.

Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo.

No sólo ha de ser aliñado el entender; también el querer, y más el conversar.

Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?

No hay peor sordo que el que no quiere oír: otro hay peor, aquel que por una oreja le entra y por otra le sale.

Sólo vive el que sabe.

Todo lo que realmente nos pertenece es tiempo; incluso el que no tiene nada más, lo posee.

Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamia ajena.

Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso.

La cortesía es la principal muestra de cultura.

Varón prevenido de cordura no será combatido de impertinencia.

¿Cuál puede ser la vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?

No hay venganza como el olvido.

Amar es el más poderoso hechizo para ser amado.

Son los ímpetus de las pasiones deslizadores de la cordura, y allí es el riesgo de perderse.

Para gobernar locos es menester gran seso y para regir necios, gran saber.

A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.

Son tontos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.

Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.

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